Los pájaros de la noche



Un planeta en el que no sé cuántos escuchan a los pájaros de la noche. Pájaros que oímos cantar y nunca vemos, como dicen Los Redondos.

La autoayuda


Hay veces que pedimos ayuda pero cuando alguien viene a dárnosla, no la queremos aceptar.
Yo, por ejemplo, le pedí ayuda a mi doctora Rita, y ella me ayudó: me mandó a terapia, y aunque todavía no fui, al menos me puse a escribir.
Y no es poco, gente, dejé de renegar por lo que no soy y me decidí a mostrarle al mundo quién y cómo soy.
Del reflujo no estoy curada, ni mucho menos, pero al menos descubrí que todos estos años estuve mirando la vida con los ojos cerrados.
Y aprendí a jugar con mi hijo, dejé de ahorrar compulsivamente, me propuse descubrir si soy normal, y me dispuse a volver al cine.
Por eso, ojalá pueda ser para alguno de ustedes lo que fue para mí mi doctora Rita. Y si no soy yo, ni lo es mi libro, hagan “Toc Toc” (como lo hice) y golpeen hacia dentro. Y cuando abran esa puerta, la propia, verán cómo luego empiezan a abrirse las demás.

La culpa de todo



Siento culpa ante la depresión ajena, culpa cuando digo que “no” a algo, culpa cuando mi felicidad deja afuera a los otros y culpa cuando quiero tener una vida propia.
Y aunque no me crean, a veces siento un poco de culpa por sentirme feliz y pensar que la vida es bella, y que no todo es tan complicado.
Pero basta de sentirme culpable. Cuando peleamos (con mamá), la culpa no es sólo mía (ni sólo de ella, es probable).
Ni tengo la culpa de que mis padres también sientan culpa ni de que me hagan sentir culpable (¿o soy yo la única culpable de sentirme culpable?).
No importa de quién es la culpa. Lo único que importa es que dejemos de sentirnos culpables.

Las cosas son cada día más chicas


Vieron que ahora las cosas cada día vienen más chicas, traen menos y cuestan más.
Las personas que las fabrican ¿creen que los compradores somos idiotas o que estamos tan distraídos que no notamos cómo nos engañan? Por supuesto que no. Sencillamente no les importa engrupirnos ni les importa que nos demos cuenta.
Las galletitas, los yogures, los postrecitos, los caramelos, las barritas. Todo es más pequeño. Y todo va aumentando su costo ¿percibieron cómo en los negocios los carteles con los precios van siendo modificados con una enmienda o con otro papelito pegado arriba?
Me acuerdo del tamaño de los alimentos cuando era chica: eran enormes. Bueno, tampoco nunca les gustó andar despilfarrando mercadería, pero mínimamente tenían un tamaño considerable. Hace un tiempo empezaron a encogerse, y ahora corren peligro de extinción. Creo que a este ritmo en unos meses nos van a vender las galletitas de a una, los yogures de a cucharadas y la leche en gotas. La leche todavía no se animaron a dejar de venderla por litro, pero cotiza como el oro.
O sea, pasando en limpio: las mismas galletitas que antes traían doce, ahora traen seis, son la mitad de grandes y cuestan el triple. Lo mismo con los pañales y las toallitas femeninas: traen menos y tienen menor absorción.
¿Notaron que los balcones de los edificios también son más pequeños que antes? No entiendo a los arquitectos modernos que hacen los balcones ovalados o de formas extravagantes, en lugar de hacerlos rectangulares. ¿Tendrá eso alguna explicación científica o será meramente estética? Adoro la estética, pero primero está la practicidad. Prefiero tener un balcón amplio y no quitarle espacio por hacerlo redondeado o desigual en afán del buen gusto (a mi parecer, además, es más linda la simetría que la irregularidad).
Lo mismo pasa con algunas prendas de vestir. Si una prenda es bonita pero es inusable, me parece injusto. Me refiero, por ejemplo, a esos pulóveres de lana y manga corta, que sólo abrigan el busto. ¿Para qué quiero una prenda de lana que solamente me cubra las tetas? Si me pongo algo de lana me quiero cubrir toda, se supone que hace frío. Y como éste existen más casos de ropa incoherente.
Ahora que mencioné la lana, ¿vieron cómo cambió la calidad de la misma?

¿Será hereditaria la locura?


Hay veces en que me pregunto, y por supuesto lo trabajaré en terapia, si será hereditaria la locura.
No quiero terminar loca, y si lo hago, al menos no quiero enloquecer a los demás.
En un punto desearía ser adoptada para no saber qué enfermedades voy a poder heredar. Como premio consuelo me queda, por suerte, el hecho de que no es hereditario que me pise un camión, y también me puede pasar.
No quiero ser una mina depresiva pero tengo dos cosas que no están a mi favor. La primera es la sangre (la puta genética), y la segunda es que vivimos en un mundo con apego a la depresión.
¿Será que estamos todos locos y que por no querer volverme loca no quiero ser una persona normal? ¿O será que estoy tan loca que por eso me veo diferente?


¿A dónde va a parar el amor cuando la gente se deja de amar?



¿A dónde va a parar el amor cuando la gente deja de amarse? Supongo que se parte y se reparte. Un poco con cada uno, en los recuerdos. Aquel amor queda en las cartas, en las fotos, en la memoria de los lindos momentos.

AbORTO



Lo escribo así porque no lo quiero escribir. Puse AbORTO, destacando orto, que es una mala palabra. La mala palabra aquí debería ser ABORTO, que implica una matanza; y no el orto, que se usa para cagar. Pero el mundo está cada día más loco, y más equivocado.
AbORTO es una palabra horrible. Ya saben que aquí no estoy para juzgar a nadie y que cada uno hace de su culo un pito, como dice el refrán. Pero no se olviden la parte de “No joder al otro”. El abORTO no molesta al otro, sencillamente lo mata. A decir verdad, primero lo molesta y luego lo mata.
Repito: No critico, sólo voy a dar mi opinión, y a pedir, ¡suplicar!
Yo no entiendo cómo pueden discutir y reclamar asegurando que abORTAR es un derecho de las mujeres. Matar no puede ser nunca un derecho, ¿qué mundo queremos construir? Hay países que ya lo han conseguido, y hacia esa decadencia vamos, o pretenden ir algunos.
Es inconcebible la idea de que tengamos derecho a matar a una persona porque no la queremos en nuestra vida, porque nos molesta. Matemos entonces al vecino que pone la música fuerte, a nuestro jefe que ocupa un mejor puesto en el trabajo, a la nueva novia de nuestro ex marido porque se acuesta con él y él la ama. Tanta gente nos molesta y no tenemos derecho a hacerle daño, a quitarle la vida. ¿Cómo tendríamos derecho entonces a asesinar a un individuo que nosotros mismos permitimos que existiera y que es nuestro propio hijo?

La perfección


¿Que todas las mariposas tengan dos alas da derecho suficiente para afirmar que una mariposa con una sola ala es una mariposa imperfecta?
Aún así, aceptando que existe en este mundo algo perfecto, ¿cuánto mejor es algo perfecto que algo que no lo es? ¿Qué ventajas trae lo perfecto sobre lo imperfecto?



Llegamos después de que empiece y nos vamos antes de que termine


Cuando uno va al cine o al teatro, en el común de los casos, no lo hace de forma obligada sino por elección propia.
Ahora bien, a ver si alguno de ustedes sabe explicarme, entonces, ¿por qué si tenemos ganas de ver la obra llegamos después de que empiece y nos vamos antes de que termine?
Lo mismo hacen también en los micros, aviones y trenes. Y creo que si pudieran se tirarían por la ventana porque los carcome la ansiedad de esperar a que el vehículo pare, o cual si abajo acaso estuvieran regalando oro y hubiera sólo para los diez primeros. Y empujan y se aplastan, y no piden permiso ni ceden el paso, creyendo que el transporte se transformará de golpe en una bomba que explotará y los dejará en mil pedazos.
Vivimos apurados y sin embargo, llegamos tarde a todos lados. Corremos y nos estresamos porque siempre tenemos que irnos pronto a otro lado; pero, siendo honestos, nunca sabemos bien a dónde vamos.


Te aprecio


¿Alguno de ustedes puede explicarme, por favor, cómo hacen algunas personas para pasar del amor al aprecio en cinco minutos? Se pelean con la pareja y a los pocos días cuando se juntan a charlar o se cruzan en algún lado, les agarra un arrebato de superación y madurez con la que le expresan, ¿para complacerla?, que le tienen un gran aprecio. Si pasaron cinco años entiendo que me aprecies un poco. Pero si cortamos hace siete días y tengo tu ropa en mi casa, y tu olor en mis manos y te extraño, y te amo; decime que me querés, en todo caso, o no me digas nada. Pero el aprecio dejáselo a tu gato, a la mucama o a los vecinos. El aprecio, querido/a, perdételo en el culo.

Quisiera vivir en una isla



¡Ya no aguanto a los vecinos! Pobrecitos, no me hacen nada, solamente existir, vivir del otro lado, compartir mis paredes. No soporto escuchar sus ruidos, su música, saber sus movimientos, oler sus comidas, oír sus gemidos, sus gases, sus toses, sus estornudos, sus arcadas, sus eructos, el botón del baño, el abrir y cerrar de sus puertas y de sus cajones. Desagradable, ¿no? Les pido perdón. Imaginen entonces lo espantoso que es vivirlo diariamente, en carne propia. Y pensar que del mismo modo, ellos me escuchan a mí: saben lo que hago, cuándo y cómo lo hago, lo que digo, ¿lo que pienso? Seguramente vieron la famosa película “La Laguna Azul”. Por si acaso queda alguno que no la vio o no la recuerda, les cuento que los protagonistas son hermosos (¿perfectos?) y que viven en una isla preciosa y perfecta. Allí quiero vivir yo, sola, con mi familia.

Bienvenidos


Hola amigos, bienvenidos a mi blog, que no es ni más ni menos que el inicio de nuestra amistad. Les explico de qué se trata.
Soy escritora y a través de mis libros pretendo llegar a ustedes. Aquí surge el problema que me lo impide: no soy nadie todavía, ni tengo amigos ni parientes famosos que me conviertan en un ícono mediático.
Por esas dos simples razones es que las editoriales ni siquiera se molestan en leer mi primer libro, Toc Toc, que tiene mucho para contarles.
Por otra parte, llegado el caso en que consiguiera publicar mi libro, ¿quién de ustedes compraría el libro de una total desconocida?
Está claro entonces que necesito que me conozcan. Cansada de golpear puertas que suenan fuerte pero no abren, harta de escuchar las risas y cuchicheos soberbios del otro lado; aquí me ven, aquí me tienen: soy yo quien abre sus propias puertas para que pasen, me descubran y yo a ustedes, y juntos nos ayudemos a cumplir sueños, que es, después de todo, lo más importante…