Llegamos después de que empiece y nos vamos antes de que termine


Cuando uno va al cine o al teatro, en el común de los casos, no lo hace de forma obligada sino por elección propia.
Ahora bien, a ver si alguno de ustedes sabe explicarme, entonces, ¿por qué si tenemos ganas de ver la obra llegamos después de que empiece y nos vamos antes de que termine?
Lo mismo hacen también en los micros, aviones y trenes. Y creo que si pudieran se tirarían por la ventana porque los carcome la ansiedad de esperar a que el vehículo pare, o cual si abajo acaso estuvieran regalando oro y hubiera sólo para los diez primeros. Y empujan y se aplastan, y no piden permiso ni ceden el paso, creyendo que el transporte se transformará de golpe en una bomba que explotará y los dejará en mil pedazos.
Vivimos apurados y sin embargo, llegamos tarde a todos lados. Corremos y nos estresamos porque siempre tenemos que irnos pronto a otro lado; pero, siendo honestos, nunca sabemos bien a dónde vamos.


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